Cecilia dejó crecer su cabello por dos años con el fin de donarlo para la fabricación de pelucas para los niños que luchan contra el cáncer.

A pesar de que el círculo de amigas y compañeras adolescentes influyen de forma drástica en la manera de percibir su belleza a Cecilia esto no le importó.

“Un día como cualquier otro me levanté pensando en cómo ayudar con lo que estuviera a mi alcance, el cabello vuelve a crecer, pero la autoestima de un niño es difícil que vuelva a recuperarla”.

Mientras que Cecilia dejaba crecer su cabello, le fue diagnosticado cáncer de huesos a su tía.

Esto la impulso a continuar con su propósito y entender más la situación por la que atraviesan tanto los pacientes como sus familias. A su corta edad, esta alumna nos ha dado un “estrujón” de conciencia.

Ha dejado a un lado la importancia del aspecto físico por ayudar a quienes lo necesitan.

“Cuando Cecilia me dijo que cortaría su cabello para donarlo no me sorprendió, pues desde pequeña ha demostrado empatía ante las situaciones ajenas. Yo misma se lo corté”. Comentó su mamá.

Esta joven que pertenece a la casa de los “Búhos” hace hincapié en que esta no será la primera vez, pues ya piensa dejar crecer su cabello de nuevo para cortarlo. “Lo haré cuantas veces pueda, pues son necesarias cuatro trenzas para fabricar una peluca y es muy difícil que alguien se anime a cortase el cabello”, expresó.

Las personas que tienen el cabello lacio lo quieren rizado y las que lo tienen rizado pasan horas con la plancha para volverlo lacio, cuando los pacientes con cáncer anhelan volver a tener su cabello de la manera que sea. “La belleza es un estereotipo, pero aún así el amor por el prójimo y hacer un acto de bondad, esa es la verdadera belleza”.

Pero Cecilia no quiere ser la única, pues comentó el gran interés que tiene de crear conciencia entre sus compañeros y compañeras, despertar la sensibilidad en los corazones, de poder dar un poco de alegría a quienes pasan por un momento tan difícil.

“Los niños y niñas con cáncer no entienden por qué suceden muchas cosas, una de ellas es la caída del cabello, en ese momento pierden su autoestima”. Cecilia tiene en mente diferentes planes en los que busca ayudar, no sólo a las personas, pues uno de ellos es crear un albergue para dar techo y comida a perritos de la calle.

Además, liderará una campaña dentro del Colegio de Bachilleres para invitar a las alumnas a unirse a esta bella causa donando su cabello para la fabricación de pelucas oncológicas. Alumnos y alumnas como ella nos llenan de orgullo, el COBACH está seguro que sin duda las buenas acciones cosecharán en nuestros alumnos valores que los harán llegar muy lejos.